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Don Azael Bahos, a sus 117 años de vida aún toca la flauta

En el corregimiento de Bruselas está el hombre más viejo del Huila y quizás de Colombia. Tiene 117 años y a su edad habla lúcidamente, goza de una excelente visión, canta los temas de antaño e interpreta la flauta, el instrumento que aprendió a tocar desde niño.

 

Él es don Azael Bahos Villanueva, natural de San Sebastián Departamento del Cauca,  huérfano de madre a los 3 años de edad, nunca fue a la escuela y sufrió los rigores del maltrato infantil a cargo de su madrastra quien lo hacía castigar severamente de su padre todos los días.

 

Dice que se estaba volviendo viejo y no crecía, por la mala vida que le daban. A los 14 años, salió de su tierra rumbo al departamento del Huila y se asentó en San José de Isnos, trabajó como peón, en varias fincas y un tiempo después como comerciante, llevando huevos y sal a la ciudad de Popayán, por la vía San Agustín, Puerto Quinchana, pasando por el páramo del Puracé para bajar luego a la capital caucana.

 

Señala que en su tiempo, ese recorrido lo hacían los comerciantes de cerdos, sal, otros productos que llevaban a la espalda.

 

Recuerda que ya hecho hombre, compró un terreno muy cerca del caserío de San José de Isnos, donde empezó a talar la montaña para la siembra de maíz y potreros. En ese terreno halló unas piedras con diferentes figuras y allí es hoy el parque de los Ídolos.

 

Con su cuadro familiar en Bruselas: Su hija, nietos, biznietos y tatarieta


“A nosotros nos sacaron de allí, nos dieron un poca cosa por la tierra y el gobierno nos obligó a salir. Pero el descubridor del parque fui yo, que rozaba y tumbaba montaña en esa época y no como dicen en los libros que han sido unos guaqueros. Esos llegaron después con un tal Juan Friede, que decía era alemán, esos fueron los que nos sacaron”, dice don Azael.

 

Luego adquirió tierras y se radicó con su familia en el corregimiento de Bruselas, donde ha permanecido el resto de su vida.

 

Está lleno de orgullo, por ser el padre de una generación que le ha dado nietos, biznietos y tataranietos, los que conoce en su mayoría, porque otros viven en el exterior.

 

Al preguntarle sobre el secreto para tener una larga vida, dice que fue sencillo. “Nunca fumé tabaco, ni tomé trago. Comía muy bien, luego que me salí de la casa, me cuidé de las mujeres que me llovían por montones, pero no les hacía caso, pues quería casarme con una buena muchacha y la conseguí. Ella me acompañó hasta hace como cuatro años que murió. Tenia 99 años cuando murió”, recuerda.

 

Canta temas de antaño, como bambucos, guabinas,  boleros y valses, se acompaña de su flauta, un instrumento que compró cuando daba serenatas en Isnos y San Agustín.

 

En su cédula que fue expedida en Pitalito, registra que nació el 15 de julio de 1900, pero don Azael dice que le quitaron 7 años, “porque en ese tiempo no registraban a los niños como ahora y entonces de Pitalito pidieron los papeles y no los hallaron y ahí me quitaron siete años, porque yo tengo 117”, dice sonriente.

 

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